desde nivel B1 / cultura / reportaje / Por Alejandro Rodríguez
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TITIRIMUNDI – El paraíso de las marionetas
Imagina una ciudad poblada de muñecos animados. Calles, plazas, teatros, iglesias, museos y patios históricos son los escenarios1. Es el Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia.
El visitante mira el plano de la pequeña ciudad con los lugares donde se celebran los espectáculos. “¡Qué variedad!”, exclama. Revisa los horarios de las actuaciones2 y la distancia entre los improvisados escenarios. “¿Me dará tiempo?”, se pregunta. Entonces, comienza a organizar la visita a esta capital castellana3.
El ritmo es frenético. La ciudad no descansa durante seis días. A lo largo del festival se realizan unas 40 funciones de media4 en algunas jornadas. Cuando termina una actuación, se están celebrando más o están a punto de5 empezar otras en diferentes espacios urbanos de la capital del acueducto.
Artistas argelinos6 como Michèle Nguyen, franceses como Compagnie A, alemanes como Theatre Meschugge o españoles como La Chana o El Espejo Negro exhiben sus estilos. En 2021, el festival se celebra del 2 al 5 de septiembre y tiene en cartel7 a compañías de diferentes países. Además, el certamen8 propone una variedad de espectáculos para compartir en familia: para niños y adultos, y hasta para bebés (una novedad en esta edición).
El festival cumple 30 años de vida. Con esta enorme trayectoria, se ha consolidado como una de las citas internacionalmente más reconocidas y prestigiosas del teatro de títeres9 al aire libre. Además, es uno de los pocos que se celebra con una periodicidad anual y que cuenta con una gran variedad de montajes10.
El precio de los espectáculos oscila entre 0 euros, para las funciones en la calle, y 15 euros, en los teatros. En los espectáculos de patio tampoco se paga o se paga un precio simbólico de 1 o 2 euros. Encontramos al visitante haciendo cola11 para sacar una entrada, ha visto ya la propuesta12 de varias compañías y quiere conocer otras. Cada vez está más entusiasmado. Jaime Santos y su compañía La Chana participan habitualmente en el festival. En 2021 presenta su espectáculo Balada para una revolución. En 2013 participó con Gaudeamus y así explicó su montaje a uno de los visitantes.
“Gaudeamus es un espectáculo de teatro de objetos, donde se trabaja con continentes13y contenidos14, porque habla de la Universidad, de todo el mundo de la Universidad. Y nada…, con botijos15, con damajuanas16, con porrones17, con botellas, con cubos…, con todo tipo de cacharros18, de continentes, se va narrando la historia de El licenciado Vidriera”.
El visitante recuerda que El licenciado Vidriera es una obra de Miguel de Cervantes, pero desconoce el contenido, así es que aprovecha para preguntar de qué trata antes de que empiece la función y mientras el auditorio se llena de público.
“Un muchacho pobre quiere llegar a ser el hombre más famoso por sus conocimientos y llega a la universidad de Salamanca, donde encuentra un amo, y pronto pasa de ser siervo a compañero de su dueño en la universidad. Y luego ya viaja… Y ya, cuando se licencia y se doctora en leyes, pues resulta que aparece en Salamanca una dama de todo rumbo y manejo19, que es la que viene a trastocar20 los planes del licenciado”.
La propuesta artística de La Chana despertó entonces la curiosidad del visitante porque le pareció singular. Ha presenciado varias representaciones en la ciudad con diferentes estilos y aprovecha21 para realizar la última pregunta: ¿conoce el público este tipo de teatro?
“El público no conoce este tipo de teatro. Se le ha dado muy poco y, bueno, tampoco hay muchas compañías. No es un teatro mayoritario, digamos, es un teatro minoritario, pero que luego, como mezcla lo popular y lo culto, es un teatro que el público agradece mucho cuando lo conoce, ¿no? El mundo de las marionetas está enfocado al público infantil porque parece que es lo que entiende el público que son las marionetas, pero yo creo que hay mucho para adultos que debería de conocerse y que a España, si viene, es al Titirimundi”.
El festival sufre las turbulencias de la crisis porque “la oferta es menor y con espectáculos de pequeño formato”, reconoce su director y fundador, Julio Michel, pero asegura que el programa mantiene “la calidad y el interés”. También confiesa que para presentar una programación atractiva hay que hacer encaje de bolillos22. Otra consecuencia de la inestabilidad financiera es que la mayoría de los espectáculos tiene un solo intérprete.
Titirimundi propone una variedad de espectáculos para compartir en familia: para niños y adultos, y hasta para bebés.
La directora actual del festival es Marian de Palma. Ella sigue el trabajo de su anterior director Julio Michel, quien declaró en 2013 que se habían cumplido los objetivos de Titirimundi. El fin principal era promocionar el teatro de títeres porque “era bastante desconocido y había muchos prejuicios”. Ahora, ocupa un “lugar digno en el ámbito del teatro”.
Cada edición se caracteriza por la variedad de propuestas artísticas, dejando de lado la tentación de encorsetar23 cada certamen en una temática concreta. Julio Michel declaró que la característica principal del teatro de títeres es que “las propuestas son muy ricas, es muy creativo e innovador, y pone en tela de juicio24 su propia trayectoria”.
“Es un teatro minoritario, pero que luego, como mezcla lo popular y lo culto, es un teatro que el público agradece mucho” Jaime Santos
La estancia del visitante llega a su fin. Antes de abandonar Segovia apunta en su diario: “Cita ineludible25 del próximo año: volver a Titirimundi”.
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* Texto publicado en el número 42 de la revista de ELE Punto y Coma