desde nivel B2 / sociedad / reportaje / Beatriz Prior / Foto: Jacopo Werther 

acento argentino

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Francisco I, un papa argentino que no deja indiferente

Esta figura pública en poco tiempo se ha situado en el mismísimo centro de los grandes debates de nuestro tiempo. Su discurso1 se ha colocado en el punto de mira2 de analistas, políticos, estudiosos y periodistas de todo el mundo, y parece levantar polémica y sentimientos contrapuestos3 allá donde vaya.

Desde aquel simbólico y profano buonasera del 13 de marzo de 2013 (primeras palabras del recién nombrado sumo pontífice a sus fieles4 en la plaza de San Pedro), el papa Francisco I ha seguido una línea claramente revolucionaria. A nadie le ha sorprendido esta nueva posición. El nuevo papa fue elegido para limpiar la imagen de una Iglesia que ya no podía sostener su credibilidad debido a los abundantes casos de corrupción y pederastia que la azotaban5. Para algunos, la renuncia del papa Benedicto xvi fue, en cierto modo, un acto de rebelión hacia la propia curia, que obstaculizaba6 y dificultaba la labor de transparencia y justicia que pedía a gritos7 la propia sociedad; para otros, fue un acto de abandono ante la imposibilidad de controlar las consecuencias de una cadena de escándalos, el llamado caso Vatileaks, que se le escapaba de las manos. Su sucesor tendría que estar libre de toda sospecha8 y venir con ganas de limpiar verdaderamente las “manzanas podridas9” de la Iglesia. ¿Es esta la función encomendada10 a Mario Bergoglio? Así parece confirmarlo el hecho de que antes de elegir un sucesor, los cardenales del cónclave exigieran conocer los resultados de la investigación ordenada por Ratzinger sobre los escándalos que perseguían al Vaticano.

UN PAPA POLÉMICO
>Desde el pontificado de Juan xxiii no había soplado tanto aire fresco en la Iglesia católica, o, al menos, eso dicen quienes ven en el nuevo obispo de Roma, si no una revolución, sí la antesala11 de un gran aperturismo12. Desde el inicio de su papado sus acciones no solo han sido drásticas en cuanto a los casos de corrupción, de limpieza y transparencia en las arcas13 vaticanas y de reforma del código penal de la Santa Sede14 y del Estado de la Ciudad del Vaticano; sino también en cuanto a ciertos mensajes y gestos relacionados con otros ámbitos de la vida social y religiosa. En el papa Francisco se empiezan a ver signos menos conservadores, no solo en lo social, sino también en lo moral, que incomodan a ciertos sectores de la Iglesia y que desconciertan15 a algunos católicos. Declaraciones como “un cristiano no es un cristia-no si no es un revolucionario” representan para muchos, hoy por hoy, un guiño a la “teología de la liberación” tan golpeada durante años por la línea vaticana y que conecta con las ideas de comunidades progresistas y cristianos de base. Algunos analistas afirman que, sin necesidad de grandes encíclicas, con sus charlas habituales, Francisco está llevando a cabo16 una revisión de la Iglesia para acercarla a sus raíces históricas, una Iglesia que deja las sacristías para salir a la calle.

Parece que es dentro de la propia Iglesia donde más resquemor17 y perplejidad está creando la nueva línea que parece plantear este pontificado. El veterano analista del Vaticano, Marco Politi dijo en una entrevista con Christiane Amanpour de la CNN que el papa Francisco ha encontrado cada vez mayor oposición en su propia Iglesia debido a sus esfuerzos por realizar reformas. A ello se unen las críticas de periodistas vaticanistas y vaticanólogos que no acaban de entender alguna de sus posiciones. No entienden ni su espontaneidad, ni su transparen-cia, ni su afán reformista-administrativo, ni su apertura a todos los hombres y organizaciones, sean de las ideas po-líticas o religiosas que sean. Amplia repercusión tuvo en Italia (y no solo en Italia) el artículo que el 24 de diciembre de 2014 publicó en Il Corriere della Sera uno de los intelectuales italianos más reconocidos dentro y fuera de la península itálica: Vittorio Messori. En esta reflexión personal, Messori no duda en calificar de imprevisible al nuevo papa, y esto le hace oscilar18 entre la adhesión19 y la perplejidad frente a algunas de sus opiniones. El propio Messori indica que, incluso, “algún cardenal que estaba entre sus electores ha cambiado de opinión”.

No queda exento de polémica20 Mario Bergoglio en su propio país de origen, donde ciertos sectores piensan que defraudó a Argentina al permanecer en silencio durante la sangrienta dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1982. Algunos críticos de Bergoglio, como el exarzobispo jesuita de Buenos Aires, dicen que no logró proteger a los sacerdotes que desafiaron21 a la dictadura y que habló muy poco sobre la complicidad de la Iglesia con el Gobierno militar.

UN PAPA MUY POPULAR
Lo cierto es que, a pesar de toda la polémica que suscita
22, Francisco es un papa carismático de 77 años que parece atraer a miles de personas que antes pasaban de puntillas23 por la fe. También parece atractivo para los españoles. El último barómetro24 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) asegura que hay más católicos en España desde que Francisco es papa. El número de españoles que se definen como católicos ha crecido cerca de un 1% desde marzo de 2014.

Por otro lado, un informe del Centro de Estudios sobre las Nuevas Religiones (CESNUR) hecho en abril de 2014 en Italia muestra que hasta un 64,2% de los sacerdotes25 y religiosos preguntados contestaban que habían aumentado las con-fesiones y un 53% respondía que también el número de personas que volvían a preocuparse por los asuntos de la fe.

La popularidad del nuevo papa queda reflejada también en el semanario Time, que lo eligió Persona del Año 2013, por delante de otros finalistas tan variopintos26 como el presidente Barack Obama, el exanalista de la CIA Edward Snowden o la cantante Miley Cyrus. Incluso  un estudio publicado del proyecto Reputation Metrics, especializado en medir la repercusión pública de eventos y personalidades, indica que es el líder más influyente en Twitter, esa red social que parece ser el barómetro de la popularidad mundial de una persona en la actualidad.

UN PAPA NO TAN MODERNO
Pero
pongamos todas las cartas sobre la mesa, aunque este jesuita argentino ha tenido el valor de clamar contra la idolatría del dinero y ha renunciado a vivir en el palacio papal para trasladarse a una residencia sobria junto a otros sacerdotes, aún quedan ambigüedades en su discurso y posiciones cercanas a la doctrina oficial heredada27 del Vaticano. A pesar de su actitud abierta a la escucha y a la comprensión, existen ciertos temas para los que el debate no está abierto para el papa Bergoglio, como son el sacerdocio femenino, el aborto o la definición de matrimonio. En el fondo, en sus palabras, sigue existiendo una concepción de la homosexualidad como algo “anormal”, no juzgable, pero sí digno de28 compasión.

Es evidente que el papa Francisco no deja indiferente a nadie. Los ateos29 españoles afirman que todo este movimiento papal es solo una limpieza de cara. Albert Riba, presidente de la Unión de Ateos y Librepensadores, dice que la Iglesia “lleva 2000 años diciendo que hay que ayudar a los pobres y nunca lo ha hecho”. Por eso, anima al papa a ir más allá de las palabras y poner todos los bienes de la Iglesia al servicio de los pobres.

¿Dará resultados a medio o largo plazo en el Vaticano la estrategia de recuperar salud, prestigio, honorabilidad financiera y ejemplo evangélico?

El hipercrítico semanario alemán Die Zeit, que asumió la tarea30 durante ocho años de seguir, fiscalizar31 e interpretar para el resto del mundo cada paso y actuación de Benedicto xvi, exaltó32 en sus balances el primer año de Francisco como gran personaje, no solo del año 2013, sino como un sucesor refrescante y decisivo para la supervivencia de la Iglesia católica. No creo que debamos esperar mucho más para comprobarlo.

 


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*Texto publicado en el número 55 de la revista de ELE Punto y Coma