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Palacios, jardines, conventos, teatros, una original plaza mayor, una catedral con ascensor de cristal, museos y hasta una playa. Ricos vinos, tapas exquisitas y los pasos de Cervantes y Zorrilla resonando1 por las calles. Valladolid es una caja de sorpresas con el mejor español de fondo. Si aún no la has descubierto, sus miles de secretos te están esperando.
EL CORAZÓN DE LA CIUDAD

El 21 de septiembre de 1561 comenzó en Valladolid un gran incendio2 originado en la casa del platero3 de la ciudad, Juan de Granada, que duró más de dos días y destruyó cerca de 400 casas y la plaza del Mercado. Fue entonces cuando el rey Felipe II ordenó la reconstrucción de la zona afectada y encargó el proyecto al arquitecto Francisco de Salamanca. Así nació la primera plaza regular en España, símbolo del urbanismo moderno, en la cual se inspiran otras plazas mayores como la de Madrid y la de Salamanca, y muchas hispanoamericanas. Casas de color rojo almagre4 se sostienen sobre unas elegantes columnas que delimitan los soportales5 donde resguardarse de la lluvia.

Esta bonita plaza es el corazón de la ciudad, late6 viva y sigue siendo el punto de encuentro de los vallisoletanos7, que quedan allí para asistir a eventos musicales, religiosos o simplemente para disfrutar de un café o comer en las terrazas de sus bares, siempre que el sol y el buen tiempo lo permitan. Porque otra de las cosas que sorprenderá al viajero en Valladolid es la riqueza de su gastronomía y sus vinos. Cada año en noviembre se celebra el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas de Valladolid, al que acuden8 cocineros de toda España para competir con creativos pinchos y tapas por el premio. Cada aspirante9 presenta una sola creación que además no puede superar los 2 euros en materia prima. ¿Lo mejor de todo? Que durante la semana del 9 al 15 de noviembre en todos los establecimientos de Valladolid se pueden probar los pinchos participantes en el Concurso. El ganador de 2014 fue Iñaki Rodrigo Rojas con su tapa ‘Qué percibes’. Imposible darse cuenta de que estaba hecha de tosta10 de maíz, percebes11 de foie micuit y un aire de vino Sauternes.

En el restaurante Los Zagales pueden degustarse12 originales tapas como la ganadora del concurso en 2010, el Tigretostón, hecho con pan de centeno13, morcilla14, crema de queso y cebolla confitada15 o el famoso Obama en la Casa Blanca, una base de hojaldre16 con salsa de setas, huevo y patatas. Y todas estas tapas o platos de cuchara más consistentes o ricas carnes, siempre acompañadas con los mejores vinos de la región.

ALIMENTARSE DE ARTE

Como dice el refrán no sólo de pan vive el hombre, y mucho menos en Valladolid, donde el arte acecha18 al viajero en cada rincón de la ciudad. Dentro de su increíble Museo Nacional de Escultura pueden verse muy de cerca tallas policromadas19 de grandes artistas del siglo XVI y XVII como Gregorio Fernández, Juan de Juni o Pedro de Mena. Pero antes de entrar en el Museo para emocionarse con la belleza de estas figuras hay que detenerse a admirar la fachada20 gótica del Colegio de San Gregorio, uno de los tres edificios que contienen las colecciones del museo. En su parte central está representada la Fuente de la Vida, de la que nace un tronco de granado21 que simboliza la Ciencia, y sobre este el escudo22 de los Reyes Católicos, (que además se casaron en Valladolid). En los laterales, figuras de hombres salvajes, y sobre ellos caballe-ros armados que simbolizan La Virtud. Es un maravilloso entramado23 de fi-guras entre las que, además, el viajero debe encontrar, como en un juego de agudeza24 visual, varios caracoles que se esconden entre tanta metáfora.

Las tallas policromadas de temática religiosa pueden encontrarse también en lugares como la iglesia de la Santa Vera Cruz,  sede de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, que es la más antigua de la Semana Santa de Valladolid. Este lugar  guarda en su interior tesoros como El Descendimiento de Gregorio Fernández, impresionante conjunto escultórico25 en el que el artista se sirve de escaleras para equilibrar26 el peso de las figuras repartidas tanto delante como detrás de la cruz.  Y si lo que queremos es disfrutar de arte del siglo XX, el Museo de Arte Contemporáneo Español reúne obras de Dalí, Miró y Antonio López. Incluso caminando por la ciudad, el viajero puede tropezarse27 con una escultura de Chillida muy cerca del Colegio de San Gregorio.

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10 COSAS DE VALLADOLID QUE NO PUEDES PERDERTE

1. La casa de Cervantes: No está en un lugar de la Mancha, como dice el comienzo de El Quijote, sino en la céntrica calle del Rastro. Miguel de Cervantes llegó con su familia a Valladolid en 1603 como recaudador de impuestos28. Y en esa casa nacieron sus Novelas Ejemplares como El licenciado Vidriera o El coloquio de los perros. Allí corrigió pruebas de imprenta29 de la primera parte de El Quijote. E incluso fue a la cárcel durante unos días por un altercado30 del que salió inocente. La casa reconstruye las estancias31 con muebles de la época, y los jardines son una delicia.

2. La playa de Valladolid: Interior, ¿con playa? Sí se puede. Casi 30000 metros cuadrados de arena de playa frente al río Pisuerga donde los pucelanos (personas de Valladolid) se tumban a tomar el sol, a picar32 en su chiringuito o a coger el barco La leyenda del Pisuerga para recorrer el río.

3. La plaza del viejo Coso: Fue la primera plaza de toros de Valladolid y hoy es un escondido lugar donde se respira tranquilidad. La zona del centro de la plaza se ha convertido en un parque y en los números 5, 6 y 8 está uno de los numerosos centros para aprender español que se encuentran en la ciudad.

4. El ascensor de cristal de la catedral. Uno de los encantos de la catedral es que está inacabada33. El viajero puede subir en el ascensor por dentro de su torre norte, a una altura de más de 60 metros y contemplar la ciudad desde arriba además de conocer su historia y escuchar el sonido de sus campanas.

5. La Señorita Malauva tiene los mejores vinos y las mejores conservas dispuestas en un precioso local cerca de la catedral. Pero además organiza degustaciones de vino, catas34 horizontales, e incluso una cata para los más pequeños ¡con mosto35 y chucherías36!

6. Inaugurar la noche con un vino dulce y una zapatilla. Con el aire añejo37 de un antiguo local pero repleto de gente joven, El Penicilino es un sitio obligado para beber un vino dulce acompañado de una zapatilla, que es un dulce típico de la zona, una especie de polvorón38.

7. Intentar contar las tabas39 del Patio de las Tabas. Para eso hay que entrar en el centro comercial Las Francesas y descubrir el claustro40 del convento del siglo XVI. Su suelo está decorado con tabas, pequeños huesos de cordero, como si fueran piedras de un bonito mosaico.

8. Semana Internacional de Cine de Valladolid. Valladolid tiene uno de los festivales de cine más antiguos de España.  Este año, en octubre, se celebra la 60ª edición  de esta muestra de cine de autor y la ciudad se vuelca41 con el 7º arte. Los restaurantes tienen menús de cine, las tapas nombres de estrellas, como Greta Garbo, y los escaparates de las tiendas se engalanan42 con temáticas de película. El Teatro Calderón se convierte en la sede de la SEMINCI.

9. Visitas teatralizadas. Original forma de conocer la ciudad a través de personajes como Isabel la Católica, Santa Teresa e incluso el personaje protagonista de El hereje una novela del genial escritor  Miguel Delibes.

10. Ruta Ríos de Luz. Antes de despedirnos de esta villa secreta debemos descubrirla a través de la luz que ilumina el antiguo recorrido del río Esgueva. La ruta Ríos de Luz realza43 los monumentos, y atraviesa diferentes áreas del centro de Valladolid. Una despedida por todo lo alto44 como se merece la ciudad.

 

*Reportaje publicado en la revista ELE Punto y Coma

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