Con más frecuencia de lo deseado, la pronunciación queda relegada a un segundo plano dentro del aula y, en muchas ocasiones, no le dedicamos el tiempo necesario ni la trabajamos con los alumnos con unas actividades específicas. Si los grupos son numerosos, la corrección individual de la pronunciación se complica porque puede resultar una actividad muy tediosa. Además, puede resultar embarazoso corregir a los alumnos de manera individualizada y delante de sus compañeros.
Pero no podemos abandonar esta disciplina. Por eso, queremos darte algunos consejos para minimizar este problema y trabajar la pronunciación en clase.
1. PERCEPCIÓN: Podemos hacer ejercicios de percepción con todo el grupo presentando pares de palabras o frases muy similares en las que el alumno tenga que seleccionar lo que está oyendo.
Ejemplos:
pero – perro
palo – pelo
oso – ojo
Dame un beso – Dame de eso
2. Gracias a los nuevos sistemas de grabación de nuestros teléfonos móviles, podemos presentar al alumno una lista de palabras y frases con los sonidos y los aspectos fonéticos que queremos trabajar. El alumno puede escuchar estas palabras, grabarlas a continuación y comparar su grabación con el original del nativo. Es importante que tu alumno sea capaz de discernir cuándo está pronunciando correctamente y cuando no.
3. El profesor también puede recibir estas grabaciones de sus alumnos y corregir sus fallos tratando de explicar a cada alumno dónde está el problema en su pronunciación.