desde nivel C1 / series / crítica / Rueda Duque

antidisturbios
 

  • Glossary
  • Glossaire
  • Glossar
  • Glossário

ANTIDISTURBIOS. UNA SERIE DE VERDAD

“Genialidad”, “apasionante”, “deslumbrante2”, “magnífica”, “veraz”, “prodigiosa”… Lo escribimos con comillas porque son palabras robadas, elogios3 publicados en los medios más prestigiosos. Ellos fueron los primeros en caer rendidosF ante el poderoso drama policial creado por Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen y que lleva acumulando premios, espectadores y aplausos desde que se estrenó4 en octubre de 2020.

Los (muchos y variados) complejos de la ficción española en televisión han estado siempre justificados. Es verdad que en los años setenta y ochenta, arropada5 por una televisión pública que decidió apostar6 por la cultura y la calidad, nuestra industria vivió una era dorada con miniseries casi cinematográficas como Curro Jiménez, Verano azul o Los gozos y las sombras. Pero, desde la llegada de las televisiones privadas en los noventa enarbolando7 la bandera del “entretenimiento para todos”, las series españolas se han asociado a valores de producción pobres, actores mediocres y guiones inverosímiles8 y larguísimos para ajustarse a las presuntas demandas de un público idiota (que ni era idiota ni demandaba tal cosa). Y lo escribo con la tristeza sincera del que lo ha vivido, porque entre el 2005 y el 2013 pasé como guionista por cuatro series de las que ahora no me vería un capítulo ni harto deF tequila.

VER EL SIGUIENTE CAPÍTULO
Afortunadamente, en los últimos cinco años y coincidiendo con la llegada y consolidación de las plataformas de vídeo bajo demanda, la ficción televisiva ha dado un salto de calidad que se dejó ver primero (en la fotografía y la dirección) y se empieza a sentir ahora (en la interpretación y los guiones). Una coletilla9 que siempre había acompañado a nuestras series, el “no está mal para ser española”, empezó a desvanecerse10. Y ha sido con Antidisturbios de Peña y Sorogoyen cuando, por primera vez y de forma unánime, el público y la crítica han abrazado una serie con la convicción de que puede competir con la ficción internacional.

Antidisturbios funciona porque tiene un equipo creativo detrás que, además de una filmografía excelente en la que destacan11 películas como El Reino (2018) y Que Dios nos perdone (2016), cuenta con una experiencia dilatada12 escribiendo para televisión. Y donde otros directores de cine, como Alberto Rodríguez o Álex de la Iglesia, han naufragado13 por no saber encapsular una historia en capítulos, los guionistas Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña han logrado dibujar un arco argumental poderosísimo que funciona como un reloj a lo largo de seis episodios.

LOS ODIOSOS SEIS
Cada capítulo está dedicado a uno de los protagonistas. Es una decisión que se tomó ya en la fase de montaje14, pero que tiene mucho sentido en una serie tan de personajes. Porque Antidisturbios trata temas como la corrupción, la violencia policial y las injusticias sociales, pero, sobre todo, habla sobre personas. Sobre las líneas tan difusas que separan el “ellos” del “nosotros”. Los policías protagonistas no son absolutamente malos ni absolutamente buenos, porque eso no pasa, porque nadie es así… Y ahí está la fuerza de una serie que te hace debatirte capítulo a capítulo, minuto a minuto, entre odiar o querer a unos protagonistas tan llenos de mentiras y malas ideas como de humanidad y dolor.

BASADA EN HECHOS REALES
Brillan las tramas15, brillan los diálogos, brillan los actores… Y brilla, sobre todas las cosas, la dirección de Sorogoyen, incapaz de tomar decisiones que no sean aciertos16: desde el reparto17 a la intensidad de las escenas de acción, pasando por el virtuosismo en el plano secuencia18 con el que dibuja a sus protagonistas, o apuestas narrativas arriesgadas19, como alejar el punto de vista de los antidisturbios según avanzan los capítulos. Es una serie en la que todo está bien y todo respira verdad, incluso los pequeños detalles, como las bufandas de fútbol en las paredes sucias y desconchadas20 de la comisaría21.

Tampoco me engaño, aunque hubiera seguido escribiendo series, nunca hubiera hecho algo tan bueno como Antidisturbios. Como aquí, hubiera robado palabras de otros mejores y, seguramente, al acabar, alguien hubiera dicho “no está mal para ser español”.

 

FRASES HECHAS

CAER RENDIDO (a los pies de alguien) Admirar y respetar muchísimo a alguien o lo que alguien ha hecho.
NO HACER ALGO NI HARTO DE VINO Es estar muy seguro de no hacerlo, que ni siquiera estando borracho lo haría. En este caso el autor cambia el vino por el tequila.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR

Crítica: La casa de papel
Patria, la serie del País Vasco en HBO


 

* Texto publicado en el número 89 de la revista de ELE Punto y Coma

Punto y Coma 89

EDICIÓN IMPRESA