desde nivel B2 / cultura / Por Carlos Paredes
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EL ESPAÑOL EN ISRAEL

En la primera década del siglo XXI, los profesores de español de Israel observaron un extraño fenómeno: a sus cursos llegaban alumnos jóvenes que hablaban el idioma con cierta fluidez, se expresaban con acento del Río de la Plata e incluso utilizaban el “vos” en lugar del tú y, sin embargo, nunca habían tomado clases de español.

El idioma español seduce1 a los israelíes. Acostumbrados a un idioma áspero2 y directo, como es el hebreo, se sienten fascinados por la musicalidad, suavidad y capacidad de expresar sentimientos que tiene la lengua de Cervantes.

El creciente interés que existe en Israel por el idioma español y la cultura de los hispanohablantes es tal, que ya se ha convertido en la cuarta lengua del país y el número de estudiantes de la misma se multiplicó por 20 en la primera década de nuestro siglo. En 2008 se calculó que lo hablaba el 2,3 % de la población y la tendencia estba en alza3.

TELENOVELAS ARGENTINAS

Las causas del auge4 en el estudio del español como lengua extranjera son principalmente dos: la llegada masiva de inmigrantes de toda Sudamérica, en especial de Argentina y Uruguay, y el éxito rotundo5 que tienen en Israel las telenovelas6, que se emiten7 en versión original8 con subtítulos.

Las telenovelas más populares abundantes eran las argentinas y entre los espectadores no solo había amas de casa9 y adolescentes, también algunos políticos se declararon10 “adictos”, como la exministra de Educación y Cultura, Limor Livnat, o el exministro de Asuntos Exteriores y exembajador en España, Sholomo Ben Amí. La influencia del español de telenovela ha llegado incluso a la lengua hebrea y así, por ejemplo, se utiliza la palabra “telenovela” en español, aunque para su forma plural surgió el término “telenovelot”.

Otra prueba del éxito de las telenovelas es que en 2003, Canal Viva se puso en contacto con el Instituto Cervantes de Tel Aviv con el fin11 de realizar12 conjuntamente13 una telenovela para enseñar español a la audiencia israelí. El proyecto de este “curso televisivo” se llamó Viva el Español y se dividió en 250 episodios de diez minutos de duración cada uno.

Al lado de este peculiar método de aprendizaje hubo otros medios de difusión14 del idioma español como la radio estatal15, o el periódico en español Aurora, que ante el incremento16 de sus lectores pensó en aumentar el número de páginas.

Los israelíes tienen la percepción de que el idioma español es fácil y de rápido aprendizaje, quizás por su transparencia fonética (se escribe como se habla). Sin embargo, cuando comienzan a estudiarlo se dan cuenta de que no es tan simple y se encuentran con las mismas dificultades que tienen las otras lenguas latinas en lo referente a las formas verbales (en el idioma hebreo, solo hay un tiempo presente y un tiempo pasado). Por esta razón, aparte de aprender español mirando telenovelas, escuchando programas en la radio estatal o leyendo el semanario17 Aurora, los israelíes pueden hacerlo en el Instituto Cervantes o en casi todas las universidades del país, a través de sus Departamentos de Lenguas Extranjeras. La Universidad Hebrea de Jerusalén es pionera y la primera en disponer de18 un Departamento de Estudios Españoles y Latinoamericanos.

EL JUDEO-ESPAÑOL

Resultaría injusto analizar el estado del español en Israel sin referirse al judeo-español o ladino y examinar su parentesco19 con el español y su grado de supervivencia. Se trata de una lengua que se formó tomando como base el habla castellano-andaluza y que, con la incorporación de vocablos20 hebreos y de otras lenguas peninsulares21 como el gallego22 o el catalán23, era utilizada por los judíos españoles (sefardíes). Cuando fueron expulsados de España (Sefarad) en 1492, los sefardíes se llevaron su lengua allá por donde fueron, manteniéndola viva hasta nuestros días y enriqueciéndola con aportaciones de otros idiomas como el portugués, el francés, el italiano y, en especial, el griego y el turco. El sefardí era la lengua que estos judíos hablaban en su hogar y se escribía en alfabeto hebreo hasta avanzado el siglo XIX, cuando comenzó a incorporarse el alfabeto latino.

En la actualidad se hacen grandes esfuerzos para que el ladino continúe vivo y sea reconocido como idioma europeo. En 1997, el Parlamento israelí (Knesset) creó la Autoridad Nasionala del Ladino i su Kultura para proteger y conservar la cultura sefardí. Según Moshe Shaul, vicepresidente de la institución, existen en Israel unos 100.000 hablantes de judeo-español. Casi todos ellos son personas mayores llegadas al país después de su creación en 1948. La mayoría vinieron de Marruecos y Turquía y utilizan esta lengua en el entorno24 familiar.       

Por esta razón, y para evitar que desaparezca, la Autoridad Nasionala del Ladino organiza cursos de formación del profesorado de judeo-español, y apoya la transmisión de un boletín radiofónico25 diario así como la publicación de la revista Aki Yerushalayim dos veces al año.

Los sefardíes que hablan el ladino, son originarios sobre todo de Turquía, Bulgaria, Grecia y Marruecos, o han nacido en Jerusalén. Hoy se les puede oír hablando su idioma en el mercado Majané Yehuda de Jerusalén, o en los paseos marítimos de localidades26 como Yafo, Bat Yam y Holón. En una época no muy lejana, pero añorada27 por muchos, entre ellos el sefardí Isaac Navón, ex Jefe de Estado de Israel y presidente de la Autoridad Nasionala del Ladino, en todo el barrio28 judío del casco antiguo29 de Jerusalén, y por supuesto en Ohel Moshé, se hablaba el judeo-español.

LAS DOS RAMAS DEL LADINO

Tras la salida de los sefardíes de España, la lengua evolucionó en dos direcciones, dando lugar a dos dialectos principales del ladino: el Oriental y el Occidental o “Haketía”.

El primero se desarrolló en el Oriente del Mediterráneo (los Balcanes, Turquía y Palestina) y fue el que contó con30 un mayor número de hablantes y los principales centros editoriales. Veamos como ejemplo un par de refranes31 donde destacamos32 en negrita33 los términos en turco:

Hamán sin sapún, es como café sin titún. / Un baño sin jabón es como un café sin cigarrillo.

Tiene la riza del karpuz / Tiene la risa de la sandía34 (se dice de aquél que cuando ríe muestra mucho los dientes).

El segundo dialecto se difundió por el Norte de Marruecos y Argelia, y recibió aportaciones del árabe dialectal marroquí, como “allebén” (leche cuajada35 sin la nata) o “qarnona” (alcachofa36). Los  testimonios37 conservados se limitan a38 los manuscritos y la tradición oral. En los siguientes dichos resaltamos39 en negrita las voces40 de origen hebreo:

El gato del avezina niftar llevó el mal nuestro: el gato de la vecina murió y se llevó nuestros males.

Está caendo mabbúl (diluvio), meknéame un paragua: está lloviendo mucho, déjame un paraguas.

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Refranes sefardíes


 

* Texto publicado en el número 10 de la revista Punto y Coma       

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